Definitivamente, Jeff Bezos no es un hombre de pocas aspiraciones. Ha construido a Amazon como una potencia en Internet, y desde sus inicios como la tienda de libros de Internet se ha transformado en el vendedor en Internet número 1 y han extendido su oferta a servicios de cómputo en la nube e inclusive tienen una tablet que ha provocado algunas caras largas en las oficinas de Cupertino de Apple. Las cifras de Amazon son impresionantes, si tomamos en cuenta sus participaciones de mercado (para Estados Unidos), cifras impresionantes como quiera que :

De acuerdo a lo publicado este fin de semana, Amazon está buscando extender su dominio en todos sus mercados, a expensas de los vendedores tradicionales, es decir los llamados "bricks and mortar".  Amazon pone a disposición del público una aplicación para teléfonos inteligentes, que permite capturar el código de barras de un objeto, y recibir una oferta de Amazon para comprar el mismo artículo en su tienda virtual. Y esto aunque sin duda es muy conveniente para los consumidores, puede resultar desastroso para los comercios al detalle tradicionales y en consecuencia para las economías locales. Y aunque Amazon simplemente está aprovechando las ventajas que le su infraestructura para el manejo de información electrónica, esta aplicación toma ventaja de capacidades dueñas de un tercero y no hace retribución alguna. Simplemente con su aplicación busca que los comerciantes locales sean su sala de exhibición, y estos obviamente no están muy contentos. Es de pensarse que Amazon va a capturar por este medio la venta de los bienes de mayor precio.  La reacción de los comerciantes establecidos no se ha hecho esperar: ya existe un movimiento que se llama "Occupy Amazon" y ya los legisladores de todos los niveles están afilando sus colmillos para ir sobre Amazon. Algunas reflexiones:

Como consumidores, aunque suena atractivo poder hacer una comparación dinámica de precios, y el comercio electrónico proporciona muchas ventajas, hay elementos en la experiencia de compra física que me parecen insustituibles. El mecanismo de búsqueda de Amazon no proporciona la satisfacción de curiosear en un librería grande un sábado por la mañana. Desde este punto de vista, me parece una bajeza del consumidor, ir a esta librería, curiosear en los estantes, anotar las recomendaciones del staff y después ahorrarse dos dólares comprando en línea. Reconozco que la búsqueda de precios es un deporte a nivel global, pero hay que identificar cuando nos lastimamos como consumidores.