¿Se siente avergonzado de haber descargado los grandes éxitos de Justin Bieber y Lady Gaga? Bueno afortunadamente hay un servicio en Internet, que le permite borrar las manchas musicales de su pasado y sin incurrir en pérdidas económicas. La empresa de Boston ReDigi, ofrece un mercado para vender esos  MP3s( y otros formatos legales) que ya no emocionan a sus dueños.  En realidad vender es un embellecimiento de la realidad, el vendedor solo obtiene créditos para adquirir otros archivos digitales disponibles en el mismo sitio. El modelo de negocio asume que hay alguien que paga en efectivo y esa tajada es para los dueños del sitio.

El sitio es una buena idea y copia un modelo que fue muy exitoso en la época de la música grabada y los CD's, en la que tiendas formales y establecidas pagaban en efectivo por el producto usado, mismo que después vendían a su clientela habitual. Como representante del pasado, todavía hoy hay tiendas que viven y prosperan con este modelo. Como es de esperarse, en su tiempo las empresas discográficas pusieron el grito y sus abogados en el cielo (recordemos que a estos no les gusta nada que sea ligeramente diferente a su modelo establecido), pero sorpresivamente perdieron el juicio y se sentó jurisprudencia al decir que el primer comprador, al haber pagado el precio fijado por el vendedor había adquirido los derechos a a vender  posteriormente algo de su propiedad. 

ReDigi toma ese precedente legal como fundamento de su negocio y han desarrollado tecnología para solo aceptar archivos legales con DRM (Digital Rights Management). De cualquier manera, ya los abogados de las discográficas se pusieron en contacto con ellos, primero con un nada atento "cease and desist", que va a evolucionar a una demanda completa en las próximas semanas.

Si bien simpatizo con el modelo de ReDigi, ya que nadie tiene porque vivir con la vergüenza de tener MP3s de Justin Bieber  (saludos su alteza), creo que en este caso llevan la de perder, ya que no hay nada que impida que alguien haga copias perfectas del producto que va a vender después. El fallo relacionado con los discos (compactos y de vinilo) se sustentaba en que al vender el producto se perdía la propiedad del mismo, aunque se copiara antes (cassete o CD-R). Hoy sin el bien tangible, siento que va a ser fácil confundir al juez. ReDigi también anuncia que va a crear un espacio para e-books, aunque aquí Amazon ya se les adelantó: es posible cambiar libros en formato Kindle.

Creo que este es un ejemplo que existe un total divorcio entre las necesidades de los consumidores y los deseos de los proveedores, la industria discográfica. Paradójicamente, la industria es impotente para detener los sitios con torrents y utiliza sus recursos en aplastar a los modelos que buscan estar dentro de la legalidad.

También para demostrarle a los amantes de los formatos digitales, que efectivamente el tiempo pasado de productos físicos era mejor, al vender los CDs se obtenía dinero constante y sonante y no "ponchi créditos".