En un día dominado por las especulaciones alrededor de las características de la nueva Ipad que se anuncia mañana, una noticia que sobresale entre el ruido mediático, es la del arresto de los líderes del colectivo hacker Lulzec, afiliados a las estrellas globales de esta disciplina, denominados Anonymous.

Con arrestos en ambos lados del Atlántico, el FBI está en posición de alardear y decir que "se han producido severos daños a la estructura de comando de Anonymous". Adicionalmente trasciende que estos arrestos se consiguieron gracias a la cooperación de un antiguo líder, que tras ser detenido hace un par de meses se convirtió en un cooperativo informante.

Me parece notable que hoy siento que el ciberespacio es menos seguro que hace 24 horas y que los verdaderos protagonistas de los ataques informáticos serios y con sentido estratégico, siguen libres y contentos actuando en la penumbra. De alguna forma siento que las acciones del FBI en realidad implican un final agresivo a la "hora del aficionado" y que los profesionales siguen sueltos. 

De forma "casual" se publicó durante el fin de semana una reseña del evento RSA, donde la industria de seguridad informática presenta sus productos más recientes y los últimos avances. Durante las múltiples sesiones emerge un panorama negro, ya que existe una verdadera epidemia de ataques informáticos a las grandes empresas y la pregunta es quién sigue. de hecho de acuerdo a un conferencista solo hay dos tipos de empresas: las que han sido atacadas y las que van a ser atacadas. 

Este mensaje puede sonar extraño viniendo de profesionales que generan sus ingresos vendiendo protección, pero esto no es extraño, ya que el mensaje es: "de todas formas los van a atacar, pero si no compran nuestros productos el ataque va a ser peor. Al salir por favor dejen sus órdenes de compra y recuerden que solo la gente de muy baja ralea pide descuento". Algunas reflexiones:

El mismo ciudadano promedio que se impresionó con las acciones de Anonymous, puede pensar que puede voltear su atención hacia los problemas económicos griegos y una posible guerra en Irán. Sin duda el ciberespacio hoy es más peligroso que ayer, ¿A quién beneficia?