En la edición digital del periódico español El País se lanza una interesante pregunta: sí una figura como Steve jobs se puede reproducir en otras latitudes diferentes a Estados Unidos, con referencia particular a España. La conclusión es previsible: NO.

Los lectores de países de América Latina con sus comentarios han apuntado a sus países rápidamente en la lista del NO. Españoles y latinoamericanos y el articulista coinciden en las razones y todos citan a la intervención gubernamental, al alto costo del financiamiento, al descaro de los políticos, a la educación.

También es curioso que los opinantes tienen una visión idílica de los Estados Unidos, como una tierra de libertades económicas y capital barato y en abundancia, lo cual es ingenuo, por decir lo menos. En todos lados se cuecen monopolios, oligarquías y habas.

Si bien creo que claramente que los Estados Unidos presentan características únicas que favorecen la aparición de estos grandes emprendedores, me parece que considerar únicamente la ubicación geográfica es simplificar demasiado. Steve Jobs es un producto norteamericano, ciertamente, pero mi punto  de vista es que es un producto de una región particular (Norte de California) y tiempo ( los años sesenta). O para ser más claro, si Steve Jobs hubiera crecido en los Ángeles o en un desierto cultural como Texas, hoy no estaríamos hablando de este tema y yo no tendría una Ipad para redactar esta nota.

La cultura del Norte de California ha producido un lugar único en el mundo para la creación de nuevas tecnologías, que es Silicon Valley. Ha habido muchos intentos de copiarlo, y en ningún lugar lo han conseguido. La mezcla es única, por las siguientes razones:

Estos elementos pudieran parecer comunes o fáciles de copiar, sin embargo los diferenciadores importantes son a nivel cultural:

De forma similar, los años sesenta son un período muy especial ya fue un período de libertad, creatividad, experimentación y transformación de estructuras mentales, políticas y sociales. Y curiosamente, uno de los principales puntos de ebullición cultural en los años sesenta fue el Norte de California y San Francisco en particular. De hecho parece que los sesenta no se han ido de esta región y esto se siente, aún sin visitar Haight-Ashbury.

Steve Jobs creció en esta región y en esos años y por tanto hay muchas facetas de su comportamiento que muestran sus raíces

Curiosamente, en el mismo diario español comparan, correctamente, a Jobs con Leonardo Da Vinci, en una historia de un desarrollador ibérico de software, que es realmente ilustrativa. El talento no es exclusivo de una nacionalidad, aunque definitivamente ayuda. Ahora en el caso particular de Steve Jobs, realmente somos afortunados de haber sido testigos de las acciones de una de esas figuras que tienen la capacidad de captar el sentir de una época y poder trascender mediante la transformación de la misma.

Para aquellos a los que les gusta la auto flagelación estilo Región 4, un comentario que da pena ajena, muestra de que ocurre cuando la ignorancia de mezcla con la politiquería.