Cuando supe hoy la noticia de que Steve Jobs había fallecido, la primera idea en mi cabeza fue el día que murió John Lennon.  Cuando se retiró Steve Jobs comenté que el era como la música de los Beatles y que nos dejaba un gran vacío en el mundo, condenado a vivir entre réplicas y creo que ese es el mejor homenaje. La primera imagen en mi cabeza fue la de equiparar dos figuras entrañables y de profundo impacto en la vida de las personas, que supieron vivir bajo sus normas y a su manera. Ambos personifican el espíritu de los sesentas y la contracultura, en su punto más alto.

Steve Jobs era uno de los últimos espíritus libres viviendo en esta época, su ambición de crear un impacto en el universo, lo hizo desafiar las convenciones de la época y dejar su marca. En el mejor espíritu del rebelde que llega a la cima, supo desafiar la adversidad y cuándo tuvo que dejar Apple en 1985, no se doblegó. Hubiera sido fácil en esa época, haberse dedicado a gastar los millones adquiridos en los primeros años de Apple, algo así como lo que hizo su amigo Steve Wozniak. En su lugar se dedicó a refinar su visión de la computación personal del futuro a través de Next Computer, que fue la incubadora de muchas de las innovaciones que están en uso hoy en día y no hay que olvidar que los desarrollos de Next, fueron asimilados en las líneas de productos de Apple. También revolucionó el cine de animación, a través de Pixar Films. Nadie personifica mejor el espíritu innovador de Silicon Valley que Steve Jobs: una innovación sorprendente en dónde menos se espera, la capacidad de recuperarse y aprender del fracaso, y finalmente regresar a innovar.

Steve Jobs era una figura singular y original, en un mundo corporativo que se ha hecho gris y lleno de copias. El arriesgó en un medio que premia a los timoratos, propuso en un mundo que premia a los que copian, nunca vió para atrás cuando el espíritu de los tiempos es aplaudir a los que dan dos pasitos adelante y uno para atrás. 

Hoy alguien me preguntaba cuál sería el mejor homenaje a Steve Jobs a manera individual y no se me ocurre mejor idea que desafiar una regla establecida. En un mundo corporativo que ama a los clones, no faltará el que diga que la figura de Jobs deja un vacío y que hay que esperar quién lo llenará. Jobs es más que nada una filosofía y una forma de ver los negocios y más que esperar un reemplazo la mejor forma de rendir homenaje, es aplicar sus ideas, por muchas personas, en muchas circunstancias y en muchos lugares.

Finalmente a manera de confesión, me tocó conocer la historia de Steve Jobs en los primeros años de formación de Apple y fue realmente una inspiración en mi selección de profesión. Un muchacho desorientado encontró su vocación al conocer la historia de los dos mozalbetes que habían creado Apple en un garage.

Para el mundo de la tecnología, el fallecimiento de Steve Jobs, tiene una nota positiva. Ya no lo tenemos para que piense por nosotros y toca ahora el turno a nuevos pensadores y nuevos visionarios, y la verdad que pensemos por nosotros mismos está alineado al espíritu de Steve Jobs.

En medio de la vorágine informativa que se avecina en los próximos días, quiero compartir con los lectores dos ligas que me parece que resumen bien la vida de Steve Jobs: