El arranque de la administración de (@realDonaldTrump) Donald Trump ha sido, por usar terminología muy cercana a su corazón, una auténtica blitzkrieg. Más de dieciocho órdenes ejecutivas en 14 días, han creado caos internacional y enviado un ominoso mensaje sobre el futuro, con un emperador emitiendo edictos a diestra y siniestra. Estamos entrando a una época de xenofobia, discriminación, creación de bloques internacionales y de proteccionismo y no hay que engañarnos. Hace algunos días alguien me dijo, muy atinadamente, que la expresión más peligrosa de nuestros días es "no creo que haga....".

Y lo peor es que  todos somos testigos silenciosos y sorprendidos que vamos de una sorpresa a otra. Las grandes compañías tecnológicas, que necesitan de un mundo abierto par existir y prosperar, habían guardado un incómodo silencio, esperando grandes contratos y amnistía fiscal, que cada vez se siente más frágil pero ya se empiezan a escuchar algunas voces que marcan oposición. ¿Cual es el rol de los ciudadanos corporativos cuando se está iniciando un viaje hacia la autocracia?

Preludio Hay advertencias en la historia

Pasando por encima de todo

No podemos negar que hemos vivido días de vértigo y desasosiego, con la avalancha de Órdenes Ejecutivas de Donald Trump, que han alterado la vida más allá de las fronteras de Estados Unidos. Las imágenes de los diferentes aeropuertos del mundo sumidos en el caos por la prohibición de viaje para los ciudadanos de algunos países predominantemente musulmanes, son dantescas por decir lo menos.

Nada más para tratar de tener algo de perspectiva las Órdenes Ejecutivas se pueden acomodar en los siguientes grupos:

• Límites a la inmigración y el libre movimiento de ciudadanos de 7 países y la prohibición de aceptar refugiados de Siria.
• Relativas a los acuerdos de libre comercio y el tiro de gracia al acuerdo Trans Pacífico, al mismo tiempo insinuando la instauración de aranceles fronterizos.
• Levantar la restricción a la construcción de oleoductos y gaseoductos. Y que el Medio Ambiente se vaya al diablo.
• Día de fiesta en Wall Street, con la desaparición de regulaciones y la restauración de las reglas que permitieron la crisis del 2008.
• Dislocación total del Consejo Nacional de Seguridad, al retirar la invitación al Jefe Conjunto de las Fuerzas Militares y abriendo un lugar para su principal consejero (ver más adelante).
• Y por supuesto asegurar sus fronteras acelerando la construcción de un muro en la frontera con México.

En medio de tanta actividad se dio tiempo para crear varios conflictos diplomáticos con llamadas telefónicas descontroladas con los primeros mandatarios de México, Australia y Alemania, y continuar su ataque a la prensa ( el "partido opositor"). 

El estilo de su gobierno es caótico, dejando actuar a las diferentes facciones sin guardar mucho respeto por las normas no escritas. Y por supuesto las filtraciones a la prensa están a la orden del día y todo indica que lo peor está aún por venir:

• Una orden ejecutiva para obligar a que se de preferencia a los trabajadores norteamericanos para ocupar los empleos de las empresas asentadas en este país.
• La posibilidad de que los datos de ciudadanos extranjeros en resguardo de las principales empresas tecnológicas norteamericanas no estén protegidos de revisión por parte de los órganos de seguridad sin la orden de un juez.
• Tumbos totales en cuanto la política fiscal, que ya encendió a alarmas en el mundo empresarial. Los disparates no resultan baratos y la inestabilidad termina siendo mal negocio.

Y el mundo empresarial, y principalmente las empresas de Silicon Valley se muestran a la expectativa, a pesar de que muchas de las Órdenes Ejecutivas van en contra de sus principales intereses. Las empresas dependen de mercados abiertos y el libre flujo de talento internacional.

Aunque ya hay  voces que están mostrando su desacuerdo, entre los que destacan Marc Zuckerberg y Sheryl Sandberg de Facebook y Jeff Bezos de Amazon, en realidad y vergonzosamente destaca el silencio ensordecedor de la mayoría. Nadie es el valiente que da el primer paso, por miedo perder contratos con el gobierno federal y las imprevisibles reacciones que destruyen reputaciones con un solo Tuit por parte de ya saben quien.

Pero la historia tiene lecciones:

En Alemania en 1933 un líder demagogo tomo la representación de millones que se sentían "explotados por otras naciones" y "traicionados por las élites", y al grito de "Alemania despierta" decidió que había que demoler las organizaciones existentes.

Esta creación de un nuevo ambiente social y político trajo una expansión económica y fueron muchos los que la aprovecharon. La compañía norteamericana International Business Machines (IBM) era poseedora de la innovadora tecnología de tarjetas perforadas para realizar censos de población creada por Herman Hollerith y pronto recibió un lucrativo contrato para trabajar con el Tercer Reich.



La relación entre el Tercer Reich e IBM fue provechosa para ambas partes y continuó durante varios años, a pesar de boicots internacionales, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Thomas Watson fue condecorado por los servicios prestados al Tercer Reich. La sistematización provista por IBM de la población alemana fue la base para la Solución Final. Para los interesados en esta historia se puede leer en el libro "IBM y el Holocausto" de Edwin Black.

¿Cuál es la responsabilidad de las empresas hacia su entorno social? ¿El asunto se limita filantropía y plantar árboles una vez al año? ¿Deben los fundadores de empresas tomar partido en un ambiente políticamente polarizado? No son preguntas que admitan respuestas fáciles.



Primer Acto De rodillas ante el Príncipe



Por su supuesta experiencia empresarial, Donald Trump ha tenido como primeros actos acercarse al sector empresarial de su país, con una mezcla de amenazas y promesas y ha creado un Consejo Consultor con "muchos grandes nombres".

La relación entre las empresas tecnológicas y Mr. Trump nunca ha sido cordial. Este último es totalmente ignorante, como en otras cosas, de las tecnologías digitales y sus implicaciones y su política proteccionista y xenofóbica, choca con las ideas liberales de la mayoría de la comunidad tecnológica. Durante la campaña tuvo en su radar a Apple, por la imposibilidad de ensamblar iPhones en Estados Unidos y a Amazon, por considerarlo un monopolio.

Ya hubo una primera reunión entre los Consejeros Delegados de las principales empresas y el entonces Presidente electo. No trascendió mucho del contenido de la reunión. Solo algunos de los participantes fueron invitados a participar en el Consejo Consultor.

Como resultado de esta primera reunión se puede percibir una sutil formación de dos bandos: aquellas empresas que por un contrato están dispuestas a ignorar el alcance de las políticas de Donald Trump y aquellas que quieren evitar un conflicto y seguir con sus operaciones con la menor alteración posible. Lamento informar que no va a ser posible.



¿Quiénes son los soportes empresariales de Donald Trump?

Peter Thiel, inversionista de riesgo, responsable de la creación de PayPal y fue el primero en apoyar a Mark Zuckerberg para crear Facebook. Participó activamente en la campaña e inclusive fue orador en la Convención Republicana. Se considera que es el "enlace" entre Trumplandia y Silicon Valley.



Ginni Rometty, Consejera Delegada de IBM y lista para apoyar las iniciativas del Presidente Trump. 



Safra Catz, Consejera Delegada de Oracle, quien ya se encuentra esperando los primeros contratos.



También hay un grupo, que apoya muy a regañadientes:

Elon Musk, que automáticamente pierde el rol de consentido de estas páginas y que ha tratado de justificarse como ser una "voz de moderación". En realidad los negocios de Elon Musk son sensibles a los estímulos gubernamentales y los cambios de políticas públicas y no puede darse el lujo de jugar con fuego.



Travis Kalanick - El supuestamente el libertario  fundador de Uber, aceptó formar parte del Consejo Consultor Económico. Sin embargo chocó que un motín al interior de Uber y se retiró después de que la campaña #DeleteUber tuvo éxito en Twitter.



Más allá de las inclinaciones ideológicas Thiel, las empresas de los Consejeros Delegados en este grupo son contratistas del Gobierno Federal de los Estados Unidos, o dependen de la buena voluntad de los reguladores y se entiende que no tienen interés en crear fuegos en dónde nos los hay.

De hecho la mayoría de la comunidad empresarial no ha querido tomar partido, porque están esperando ser beneficiados por las medidas fiscales de Mr. Trump. Las grandes empresas norteamericanas tienen un más de un millón de millones de dólares depositados fuera de su país de origen, sobre los que no quieren pagar impuestos por su repatriación y esperan una "amnistía fiscal". Esta es la zanahoria por la que muchos están callando.

Segundo Acto ¿Y si levantamos la voz?



En el momento de escribir estas líneas está en pleno el debate sobre la legalidad de prohibir la entrada de los nacidos en algunos países musulmanes a Estados Unidos, y parece ser que este hecho es la chispa que encendió a las empresas tecnológicas para dejar de ser espectadores pasivos. El día de ayer casi una centena de las más importantes empresas tecnológicas, entre las que destacan Apple, Google, Facebook, Amazon, Uber y Netflix emitieron un comunicado aclarando el daño que genera la medida. Sobre este documento algunos comentarios:

• Es un primer paso, pero solo es el inicio.
• No se distingue todavía, un liderazgo claro.
• Lo más interesante de la lista son las empresas que NO aparecen en esta.

Aunque no hay todavía un liderazgo claro pero por el momento, y aunque sea de manera indirecta, Jeff Bezos tiene este rol, al ser el dueño del periódico Washington Post, que está haciendo una cobertura profunda y detallada lo que ocurre en la nueva administración.



Las empresas tecnológicas están ávidas de tener al mejor talento, independientemente de su nacionalidad y de hecho sus esfuerzos de cabildeo estaban orientadas a tener una mayor cantidad de visas para trabajadores calificados. Hoy en día están viviendo el escenario opuesto.

Y hay sobradas muestras del talento de los inmigrantes para dejar huella en las grandes empresas tecnológicas. Algunos ejemplos:

Sergei Brin, co-fundador de Google es un inmigrante ruso, que vivió en un ambiente de estrechez económica mientras crecía en el norte de California. Por cierto, fue visto protestando en el Aeropuerto Internacional de San Francisco, a título personal.



Satya Nadella Consejero Delegado de Microsoft, y responsable de una transformación notable de la empresa, llego como estudiante de posgrado y finalmente adquirió la residencia. ¿El aislacionismo norteamericano va a impedir la llegada de jóvenes brillantes?