Búsqueda

Vistas de página en total

Con la tecnología de Blogger.

Follow Me

SubscribeIpsum in in.
A dolor nec.Twitter
Volutpat. Facebook
Quisque. Flickr

Entradas populares

Seguidores

Seguir

Archivo

domingo, 18 de mayo de 2014

Y los algoritmos reemplazan al disc jockey



Vacuus Finium se extiende a Twitter, para comentarios espontáneos durante el día, me pueden encontrar en @vacuusfinium.


Durante esta semana me dediqué a revisar la oferta de música en formatos digitales de alta resolución, con el fin de alimentar mi reproductor Astell and Kern y tengo algunos comentarios que compartir:

  • Si en el paso de discos de vinyl a discos compactos se perdieron centenas de títulos, todo indica que en el paso a formatos digitales de alta resolución vamos a tener una oferta muy reducida. No estoy hablando del entretenimiento ligero de temporada, sino más bien estoy hablando de los géneros menos difundidos comercialmente como el jazz o la música culta.
  • Esta observación es completamente empírica, y sale de revisar mi colección. Me sorprende que sigo encontrando títulos en vinyl que nunca fueron editados en disco compacto, y al buscar las tiendas de descargas digitales no encuentro muchos títulos que fueron editados en disco compacto  y ahora no existen como descargas digitales de alta resolución.
  • El proceso de hacer una versión digital de alta resolución de buena calidad, es un proceso demandante y por lo tanto costoso, y me parece claro que van a aplicar los criterios de mercado más miopes posibles, es decir se van a tomar en cuenta más en cuenta las cifras de ventas pasadas, que los criterios estéticos. 
  • Sin embargo la idea de que la música digital puede tener formatos de alta resolución, está más extendida de lo que pensaba. Si bien la discusión en los círculos de audiófilos está viva y encendida, cada vez está mas presente en los medios normales. 
  • Reproductores como el Astell and Kern están lejos de las ventas masivas de la electrónica de consumo, pero en realidad es cuestión de tiempo que empiecen a surgir dispositivos de menor precio que puedan llevar la música de alta resolución a las masas. 
  • Insisto, para aquellos conscientes de su presupuesto, el Audioquest Dragonfly es una excelente alternativa. Si Apple estuviera interesado en mejorar la calidad de la reproducción musical en sus dispositivos compraría esta compañía.
  • Como una muestra de la creciente popularidad de los formatos de alta resolución, en la primera semana de junio se va a lanzar al mercado una nueva versión del catálogo del grupo Led Zeppelin, uno de los mayores éxitos de ventas de la historia. De acuerdo a la práctica actual, van a existir varias versiones físicas del producto, pero en la edición de súper-lujo incluye discos de vinyl de grado audiófilo, discos compactos y la versión digital con muestreo a 24 bits.

Pero la conclusión, inescapable y me está doliendo cuando escribo cada letra de esta oración, es que la distribución de música grabada a través de medios físicos está para todo efecto práctico terminada. Es cierto que todavía hay un gran publico nostálgico, con yours truly en la primera fila, pero si somos sinceros la gran mayoría ya tenemos cabellos en tono gris arriba de la sien.

La desaparición aunque inexorable va a ser un proceso lento y todavía va a dejar mucho espacio a la diversión. Como alguna vez escribí, cualquier coleccionista que se respete debe ir a una tienda de discos al menos una vez a la semana. En este aspecto, dentro de muy poco ya no van a existir lugares a dónde ir, pero eso no implica que la búsqueda haya terminado. 

Desde principio de año estoy aprovechando el excelente servicio de Amazon hacia México, inclusive por mi volumen de compra espero una tarjeta de Navidad de Jeff Bezos. Queda la búsqueda de discos usados, vinyl y compactos, en ventas de garage, sitios de subastas e inclusive los locales de los despistados que aún quedan.

Por cierto, muchas veces he escrito sobre Amoeba Music, la gran tienda de música en el Área de la Bahía en el norte de California. En el viaje que me permitió comprar el Astell and Kern AK120, tuve la oportunidad de visitar, como es mi costumbre, esta tienda y los síntomas de la enfermedad son muy notorios: pocos compradores, inventario de producto nuevo y cerrado muy limitado, lo cual es un signo claro de problemas crediticios con los grandes distribuidores. Y para completar el cuadro, la zona de Haight-Ashbury en donde se encuentra la tienda, ya está en el radar de los especuladores inmobiliarios. Ameoba Music no sobrevive la renegociación de su contrato de renta del local.

Finalmente las mismas descargas de formatos digitales, independientemente de su resolución y legalidad, van a seguir el mismo camino. La verdadera nueva disrupción en la industria de consumo de contenido musical, es que el público está decidiendo que prefiere rentar a poseer.

Y los diferentes servicios de streaming, están cubriendo perfectamente esta necesidad y están creciendo como la espuma. Todavía se encuentran en un punto de decenas bajas de millones de suscriptores, y en una etapa de crecimiento ascendente. Empieza a ser un negocio interesante y viable con las centenas de millones de suscriptores.

En este momento existen varias compañías buscando ser el estándar tecnológico, como son Pandora, Spotify, Beats Music, Rdio, iTunes. Como es tradicional en estos mercados, lamento informar que únicamente van a sobrevivir uno o dos competidores. De cualquier forma para los curiosos esta liga incluye una lista comparativa con 13 compañías participando en este mercado.

Por cierto, los servicios de streaming es la última oportunidad para popularizar los formatos digitales de alta resolución y devolver la sensibilidad auditiva colectiva, destruida por el formato MP3. Esto es posible con streaming con una velocidad de transferencia mínima de 320 kbps. También va a requerir que los reproductores utilizados sean capaces de transformar esta señal, pero en este sentido soy optimista. Existe la posibilidad que haya iniciado el fin de esa pesadilla llamada MP3.

Para el lector astuto que ya revisó la lista de proveedores de servicios, sin duda salta la duda de como se están diferenciando las diferentes compañías, ya que a pesar de algunas diferencias menores sobre precios y tamaño de acervo musical, todas se ven iguales.

Pero la parte interesante es lo que está ocurriendo tras bambalinas, ya que todas estas organizaciones se encuentran construyendo los factores que les van a permitir diferenciarse de sus competidores y conseguir la mayor participación de mercado.

Si vemos que para efectos prácticos todas estas empresas tienen acervos musicales con un promedio de  20 millones de composiciones, aplicaciones para dispositivos móviles, conexión a todo tipo de redes sociales,  y posibilidad de escuchar sin conexión a Internet, ¿de que forma se puede construir una ventaja competitiva?

Estas empresas han encontrado que la ventaja competitiva está justamente en los servicios de recomendación y selección de música de forma personalizada para cada uno de sus suscriptores. ¿Cómo navegar en un inmenso océano con millones de opciones? ¿cómo crear esa experiencia única que invita a regresar todos los días, y lo más importante pagar de forma continua esa suscripción mensual?

El trabajo que antes hacían los programadores en las estaciones de radio, los coleccionistas y aficionados, está siendo reemplazado por sofisticados algoritmos de análisis de datos.  Algunos ejemplos notables:

  • Pandora lleva algunos años desarrollando lo que llaman el Proyecto Genoma Musical, que es un análisis detallado, realizado por expertos de toda la música desde el punto de vista de 450 parámetros diferentes. Todo almacenado en bases de datos y listo para ser triturados por múltiples algoritmos estadísticos. Suena fascinante y espeluznante a la vez.
  • Por su parte,  Beats hace énfasis en el uso de expertos humanos, y dado que la empresa fue creada por dos veteranos de la industria musical suena lógico. Por cierto todavía no es oficial la compra por parte de Apple, pero a medida que pasan los días queda claro que el motor de la adquisición está en el servicio de streaming.
Aunque estos son los ejemplos más notables, podemos pensar que todas las empresas participantes en estos mercados están desarrollando sus algoritmos, que por razones obvias mantienen secretos. Esto es algo similar a lo que ha hecho Netflix, quienes han desarrollado un sofisticado algoritmo de recomendación de películas.  Algunas preguntas:

  • ¿Los algoritmos de recomendación están pensados para promover la variedad musical o promueven la indigestión con un mismo estilo? 
  • ¿Qué explotación van a realizar de la información obtenida a partir de los patrones de consumo de sus  usuarios? 
  • Ya vimos que Netflix está creando sus muy exitosas producciones con información del consumo de sus suscriptores. ¿Estamos ante un caso de democracia extrema, en el que la gente obtiene lo que la gente quiere? 
  • No tengo duda que la gente sabe lo que quiere, pero ¿sabe lo que necesita?
  • ¿Sirve el arte para extender los límites y convenciones de la sociedad de su tiempo? ¿Qué ocurre cuando este arte está limitado y descafeinado justamente por estas convenciones?
  • ¿Van a ser los algoritmos de Pandora o de Beats, el compositor comercialmente más exitoso de la historia de la humanidad? ¿Tiene este éxito masivo algo que ver con el verdadero arte?
  • Nada más como punto de referencia, esta semana se cumplen 20 años desde que la película "Pulp Fiction" de Quentin Tarantino ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. La película simplemente cambió el panorama de la cinematografía mundial y un talento explosivo surgió aparentemente de la nada.
  • ¿Puede un algoritmo computacional, pensado en ofrecer al público más de lo que le gusta, arrasar con un estilo predefinido?
  • ¿Que código de conducta guía a los prestadores de servicios de streaming para proteger la información de sus suscriptores? ¿En algún momento van a revelar de que forma se obtienen ingresos adicionales por esta vía?

La comercialización de la música no es nada nuevo, como tampoco lo es la influencia de los patrocinadores en la creación de la música. La diferencia radica en el alcance y sigilo con el que van a actuar los algoritmos. Como es de suponerse no estoy interesado en ser suscriptor de ningún servicio de streaming, que con sus Beats se los coman.

Postdata I Los Sonidos de Vacuus Finium

La recomendación de hoy es la grabación de 1979, "Mingus" de la cantante y compositora canadiense Joni Mitchell. Joni Mitchell se dio a conocer con el movimiento folk de inicios de los años sesenta, pero pronto fue adoptada por la comunidad hippie del sur de California.

Aunque por estos antecedentes se puede pensar que la música de Mitchell está llena de flores, guitarras acústicas y gaviotas, en realidad siempre mostró un muy avanzado instinto musical y sus discos se caracterizan por atrevidos arreglos y un franco coqueteó con el jazz. Sus letras son poemas rigurosamente preparados.

Este abierto coqueteo con el jazz no pasó desapercibido y hacia finales de los años setenta el legendario contrabajista y compositor Charles Mingus, invitó a Joni Mitchell a desarrollar una obra en conjunto. Lamentablemente Mingus fallecería antes de que hubiera algún avance en la obra, pero en este disco Mitchell se rodea de grandes músicos de jazz, como Herbie Hancock, Wayne Shorter y Jaco Pastorius, y produce un gran disco que rinde homenaje al fallecido. 

La selección de hoy es un disco que desafía la convención de los géneros musicales y estoy seguro de que pondría a los algoritmos de Pandora y sus similares a iterar ciclos de procesador extra. Es una compositora folk, trabajando con músicos de jazz de diferentes generación, para rendir homenaje a un compositor que alcanzó su cúspide creativa en los años sesenta. Mi disco compacto lo compré en Amoeba Music y tiene una calcomanía junto al precio con la ominosa leyenda "Out of Print". No es muy grave si consideramos que está disponible en iTunes y en HDTracks.  

0 comments:

Publicar un comentario