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domingo, 7 de febrero de 2016

La innovación no mezcla con la complejidad

¿Se puede imponer una innovación al mercado? Internet de las Cosas, una de las palabras de moda, es supuestamente una de las grandes tendencias tecnológicas del futuro. De acuerdo a algunos mercadólogos, ha nacido un mercado multi millonario y ha cambiado la estructura industrial para traer un mundo rosa y de miel sobre hojuelas. Pero la realidad es terca, los consumidores están confundidos por una oferta compleja, y simplemente ignoran el mensaje, al tiempo que los vociferantes de siempre, aúllan y advierten de peligros imaginarios y de una nueva pérdida de privacidad. En el fondo los mercados, buscan la simplificación y rehuyen de la complejidad.



Preludio Las revoluciones no avisan

 La complejidad no es buena consejera

La entrada al infierno esta tapizada de buenas intenciones y modas tecnológicas. En múltiples ocasiones, algunos avispados departamentos de mercadotecnia han inventado modas tecnológicas, han corrido ríos de tinta y se han saturado los medios electromagnéticos, para obtener la total indiferencia de los consumidores. Algunos ejemplos:
  • Televisión en tercera dimensión
  • Sonido cuadrafónico
  • Telefonía Satelital
  • Windows Vista y Windows Phone
  • Blackberry BB10

¿Qué características, además de su fracaso en el mercado, tienen las tecnologías anteriormente enlistadas? 
  • Son el resultado de un intento de un fabricante, o grupo de fabricantes, por guiar a los consumidores hacia un camino establecido en la sala de juntas de algunos mercadólogos.
  • Fueron promocionadas de manera estridente, casi hasta la saciedad, en los medios de comunicación.
  • Definitivamente eran el sueño dorado de sus creadores, pero el interés del consumidor no era tomado en cuenta.
  • Y todas implican complejidad: nuevos dispositivos, nuevo contenido y por lo tanto nuevas inversiones.

Primer acto La complejidad asusta

¿No hay una forma más sencilla?

El Internet de las Cosas ( Internet of Things e identificado con las siglas IoT) es una de las últimas modas tecnológicas. ¿En qué piensan sus creadores? Siendo honestos, el razonamiento es correcto, ya que existen beneficios e incentivos de poder controlar a través de Internet, los dispositivos de la vida cotidiana, tales como refrigeradores, aires acondicionados y un largo etcétera.

Tales beneficios todavía son mayores si hablamos de diferentes elementos que utilizan procesamiento digital y forman parte de las cadenas industriales. De hecho el gigante General Electric habla de un "Internet Industrial" y está cambiando su imagen y forma de trabajo, en busca de atraer al talento digital de las nuevas generaciones.

Y hasta aquí todo está bien: hay grupos de industria, conferencias de todos tamaños, expertos y consultores de cien mil raleas, libros, foros de industria, blogs, grupos en Facebook y cuentas de Twitter. Aún para el ojo entrenado, parece que algo grande se está cocinando.

Pero, y lamentablemente siempre hay uno, un reciente estudio de mercado entre consumidores de 28 países, realizado por la consultora Accenture, mostró que este grupo se encuentra aburrido por el estado actual de la tecnología digital.

Este grupo adicionalmente se encuentra totalmente desinteresado por todo aquello que cae bajo el rubro de Internet de las Cosas, y peor aún se encuentran preocupados por la disminución de privacidad que pueden estar asociados.

Ya hay varios grupos de activistas que hablan del mal estado del Internet de las Cosas y se ha creado el término "vampiros de datos" para referirse a muchos de estos dispositivo. ¿En cuántas áreas de mercadeo están conscientes de esto?

Segundo Acto El reto es reducir la complejidad

La simplicidad es la gran oportunidad de negocio

Como contraste, por casualidad me encontré un artículo que habla sobre la decadencia de los sistemas económicos. Como es de esperarse ante un tema de esta envergadura, se manejan diferentes argumentos y condiciones, pero en el fondo subyace un elemento común: la complejidad.

Un proceso que es inicialmente exitoso, justamente por simplificar la vida de sus consumidores, empieza a adquirir complejidad con el tiempo y cada vez son necesarios más recursos para mantenerlo en operación, que requieren nuevas reglas para su funcionamiento y coordinación. Eventualmente los rendimientos se convierten en decrecientes, y de manera lenta pero segura los agentes económicos empiezan a buscar otras alternativas.

¿Un ejemplo? Pensemos en el desarrollo de Microsoft:
  • Su primer producto exitoso, el sistema operativo MS-DOS, era realmente simple y sencillo de usar. Sobre él se construyeron las primeras hojas de cálculo y procesadores de texto y sin duda la vida de esos consumidores mejoró.
  • El tiempo trajo nuevos consumidores y la necesidad de crear las primeras versiones de Windows.
  • Pero el aparente "progreso" trajo nuevas versiones de Windows, que cada vez se adaptaban a nuevas situaciones, pero tenían que mantener una liga con el pasado.
  • Irremediablemente esta complejidad llegó al consumidor, que buscó nuevas alternativas. Y de aquí nacen las plataformas móviles.

No puedo evitar pensar en este patrón de comportamiento cuando escucho los cantos triunfales de los profetas del Internet de las Cosas. Sin duda existe cierta conveniencia de tener algunos dispositivos conectados entre sí, tales como termostatos, cámaras de vigilancia, iluminación ambienta y un largo etcétera. ¿Indispensable para vivir? No en mi caso, gracias por el momento.

No me interesan sus conversaciones

Negotiis Diveros

Comenzó el ascenso de las máquinas



Al menos precaución

El juego chino de tablero GO es el más complejo en el repertorio humano, y consiste en un tablero de 19x19 casillas y un grupo de fichas de dos colores. La idea es capturar la mayor área del tablero posible a expensas del contrincante. Por su complejidad se ha considerado uno de los mayores retos de la Inteligencia Artificial, y de hecho a su lado el juego de ajedrez se ve simple.

El tablero de GO

En fecha reciente, el programa AlphaGo, desarrollado por la división de Alphabet responsable de los proyectos de Inteligencia Artificial, derrotó al campeón europeo de GO. El logro de AlphaGo, que "aprendió" de manera autónoma a mejorar su juego y los expertos del área consideran que adelantó el desarrollo de este tipo de sistemas en al menos una década. 

¿Qué sigue para AlphaGo? Un encuentro con el campeón del mundo en marzo. Hay que estar pendientes del resultado, ya que pudiera cambiar la historia enfrente de nuestros ojos

De forma paradójica, Marvin Minsky, pionero de la Inteligencia Artificial y uno de los impulsores del concepto de "Singularidad" falleció pocos días antes de la victoria de AlphaGo. ¿Qué diría el Dr Minsky? 

Para aquellos a los que no les gusta leer muchos enlaces, la "Singularidad" es el temido momento en que los sistemas de inteligencia artificial pueden mejorar por si mismos de forma autónoma, y construir sistemas más poderosos por si mismos.

No sabe de lo que se perdió, Dr. Minsky

El libro rojo de Marissa Mayer

Viene un trago amargo

El guión del derrumbe de Yahoo se viene cumpliendo con una precisión pasmosa. Esta semana la compañía presentó sus resultados financieros ante unos mercados que están frustrados, incrédulos y cansados.

Cómo era de esperarse, las cuentas entregadas no fueron buenas y el único bálsamo que se proporcionó a unos accionistas lastimados, fue que se reconoció que la compañía está en venta. De pasó inició la reducción de la plantilla y una profunda reorganización de las líneas de negocio. No hay forma de negarlo: Marissa Mayer ya perdió.

Del grupo de ex-trabajadores de Yahoo se filtró al mundo un libro que contiene la guía de Marissa Mayer al "mundo Yahoo". El contenido del libro es una mezcla de la explicación de la visión de Ms. Mayer, material motivacional y algo de humor para encender a las tropas. Todo esto usando el mejor y más políticamente correcto lenguaje corporativo.

El libro por si mismo no es una mala idea, pero simplemente las diferencias entre el decir y la realidad debe ser intolerable para las partes interesadas en Yahoo. También pensaría que el camarada Mao Zedong monopolizó el color rojo para los libros de propaganda, pero aparentemente la ironía escapa para algunos.

No es un color adecuado

Créditos Fotográficos




photo credit: White funnel via photopin (license)



photo credit: Aibo Prototyp via photopin (license)






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