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viernes, 9 de noviembre de 2012

Se ve una larga noche en la tierra del sol naciente

Vacuus Finium se extiende a Twitter, para comentarios espontáneos durante el día, me pueden seguir en @vacuusfinium.


Continúa la otrora venerable compañía Sony en su espiral de caída, y este día de hoy ocurrió un escenario que hace diez años era inimaginable: la calidad de crediticia de Sony está a un nivel de ser considerada como "basura".

Más allá del golpe al orgullo de la compañía, esta medida le resta capacidad de maniobra financiera, lo cual llega justo en el momento en que deben redoblar los esfuerzos de investigación y desarrollo, indispensable en la búsqueda del elusivo siguiente gran producto.

Ya había comentado la espiral de la muerte en la que ha entrado Sony, y el anuncio de esta semana simplemente refuerza esa tendencia. El veredicto es general: Sony perdió la capacidad de crear grandes productos. Aunque la solución obvia es crear grandes productos, lo siguiente es preguntar quién le pone el cascabel al gato.

De hecho la pérdida de la capacidad de crear grandes productos, al parecer es una enfermedad que contrajeron las grandes corporaciones japonesas. Esta misma semana, Panasonic y Sharp anunciaron pérdidas financieras y todo indica que también están entrando en una espiral de la muerte. Paradójicamente Sharp es el nuevo proveedor de pantallas táctiles para Apple, en lo que sin duda es un negocio rentable, sin embargo es pequeño en comparación a la historia y gloria de esta corporacion.

La revista The Economist, está semana publica un artículo en el que pregunta si las corporaciones tecnológicas japonesas tienen futuro, y si pueden generar el "producto milagro" que las regrese a la relevancia.  Hace veinte años se pensaba que las corporaciones japonesas iban a dominar el mundo, y de hecho las corporaciones y escuelas de negocios occidentales, se dedicaban a estudiar cada aspecto de las prácticas empresariales niponas.

¿Cómo llegó la decadencia de las empresas tecnológicas japonesas ? Simplemente dejaron de hacer productos asombrosos y se dedicaron a explotar su reputación. Hubo algún momento en que se apreciaba una alegría en producir lo que se consideraba imposible.

La reputación de los productos japoneses era la de miniaturización, calidad y sobre todo innovación. En los mejores productos japoneses se notaba inspiración y el gusto por sorprender. Aunque los ejemplos sobran, mi favorito es el disco compacto.

El fundador de Sony, Akio Morita como gran melómano estaba algo aburrido de no poder escuchar su composición favorita, la Novena Sinfonía de Beethoven, de un tirón. Tanto en los antiguos discos de vinil como en los cassetes había que cambiar el lado del medio, lo cual causa una molesta interrupción. El reto a sus ingenieros fue crear un medio de reproducción que fuera de alta calidad, durable y sirviera para tener la grabación completa de su obra favorita. 

El resultado producido, es innovador genial y tiene la característica de esos productos que parecen llegados de otra galaxia. El resultado fue un éxito de ventas y un producto que treinta años después sigue vendiendo millones de unidades cada año. Historias similares podrían elaborarse sobre el radio de transistores, el reproducto personal de cassetes, la video reproductora casera. 

Todos son productos que en su tiempo desafiaban las convenciones de su época. ¿Se imaginaba alguien que existía un mercado para que el consumidor pudiera ver sus películas favoritas en casa? ¿Tenía futuro un radio construido con transistores susceptibles a los cambios de temperatura ( así eran los primeros)?

De hecho en muchos de esos desarrollos se nota la personalidad de los diseñadores, como por ejemplo la capacidad de avanzar fácilmente la posición de reproducción en un disco compacto, o la de poder reproducir varias veces la misma pieza. Ese tipo de facilidades nacen de un ingeniero amante de la música, nunca de un área de mercadeo y ni por remota casualidad del área de contabilidad y finanzas. 

Pero lentamente, las compañías japonesas fueron perdiendo ese gusto por sorprender, por abrazar lo imposible e inexorablemente perdieron la personalidad y finalmente la identidad. Una vez más, estuve curioseando en la sección de electrónica de una importante tienda departamental de la ciudad de México. Las aguerridas fuerzas infantiles de Vacuus Finium tienen una intensa campaña de cabildeo para conseguir una pantalla plana y fui a medir el terreno en el que me muevo.

Como ya he comentado las secciones dedicadas a las compañías japonesas muestran productos sin personalidad, todo lo contrario a la sección dedicada a los coreanos Samsung. Se notan diseños atrevidos, productos que buscan diferenciarse. 

El mejor ejemplo me parece un amplificador para iPod con una etapa de bulbos producido por Samsung. La discusión sobre la calidad de la reproducción puede ser eterna y bizantina, al final debo de reconocer que están presentando una idea fresca y retadora para su público: hay formas de escuchar mejor el iPod. En la sección de Sony se podía encontrar un módulo para Ipod idéntico al de cien fabricantes más.

¿Tendrán las compañías japonesas forma de retomar la senda de la innovación? Yo apostaría a favor, a final de cuentas existe un orgullo empresarial y una tradición de ingeniería de éxito sobre la que se puede (re)construir para el futuro. El entorno no se ve favorable, y desgraciadamente las épocas de estrechez financiera es aprovechada por los contadores para controlar compañías.

Existe un lugar común que dice que diez mil chimpancés con diez mil máquinas de escribir en diez mil años podrían producir una obra de Shakespeare, lo cual es cuestionable. Lo único seguro es que diez mil contadores en diez mil años no producirían una sola idea, de cualquier naturaleza.

Como triste epílogo a la historia de Sony, hoy en día cuando la temible "fiscalía de lo cool", quiere soltar su maldición suprema sobre Apple, dice que se parecen a Sony. Ouuch.

Postdata I Los sonidos de Vacuus Finium

La recomendación de hoy es una grabación de 2007, de uno de mis músicos favoritos, el contrabajista checo Miroslav Vitous.  Figura reconocida del jazz desde finales de los años sesenta, Vitous fue uno de los fundadores del grupo Weather Report. 

Uno de los innovadores de su instrumento, y reconocido compositor, ha producido obras en diferentes ambientes. Como miembro de grupos de jazz fusión, en tríos y cuartetos tradicionales, en discos de contrabajo solo, tiene un historial impresionante, aunque lamentablemente breve. No deben existir más de dos docenas de discos bajo su nombre, poco si consideramos que tiene una trayectoria de casi cincuenta años.

El disco de hoy es "Universal Syncopations II", disco en que Vitous presenta composiciones para combos con saxofón y trompeta, ambientes de orquestra e inclusive utiliza un bandoneón. Las composiciones dejan amplio margen de maniobra para la improvisación de los instrumentistas. Producido por ECM se beneficia ampliamente de la rigurosa calidad sonora que caracteriza al sello alemán.

Como nota al margen, Vitous grabó un disco de jazz fusión en 1970 llamado "Purple"que es una de las grandes obras que no están disponibles en disco compacto, a nivel global. Algunos europeos creativos han producido grabaciones no autorizadas del disco de vinil original y aún así las venden a precio de estraperlo.

Postdata II Intermitencia en Vacuus Finium

La semana que termina ha sido de ausencia de nuevas notas en el blog, como algunos amables lectores reclamaron. Estuve viajando lo cual dificulta notablemente tener tiempo para preparar el material de forma adecuada. 

La próxima semana voy a estar de regreso en Silicon Valley y espero mejorar la frecuencia de notas. También tengo intención de usar el servicio de taxis Uber. En este momento se está creando mi cuenta.



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