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miércoles, 9 de mayo de 2012

La capucha de la discordia

Vacuus Finium se extiende a Twitter, para comentarios espontáneos durante el día, me pueden seguir en @vacuusfinium.

¿Qué quiere decir civilización del espectáculo? La de un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal. Este ideal de vida es perfetamente legítimo, sin duda. Solo un puritano fanático podría reprochar a los miembros de una sociedad que quieran dar solaz, esparcimiento, humor y diversión a unas vidas encuadradas por lo general en rutinas deprimentes y a veces embrutecedoras. Pero convertir esta natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias inesperadas: la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y, en el campo de la información, que prolifere el periodismo irresponsable de la chismografía y el escándalo.

Tomado de la "Civilización del Espectáculo"de Mario Vargas Llosa (Alfaguara 2012)

Ayer comentaba sobre las primeras filtraciones del roadshow que están haciendo los principales directivos de Facebook para promover su oferta pública inicial, incluyendo a un reticente Mark Zuckerberg. A manera de broma, incluí algunos comentarios sobre la decisión del Sr. Zuckerberg de no utilizar indumentaria formal en sus contactos con la crema y nata de la comunidad financiera de Wall Street y optar por presentarse con sus jeans, su camiseta y su chaqueta con capucha (les dicen "hoodies"en inglés, pero desconozco la razón). Al terminar de escribir mi chistorete pensaba que el asunto terminaba ahí, y de hecho tenía todas las notas para dedicar el posting de hoy a comentar sobre la neutralidad de las redes de comunicaciones y una disputa que ha surgido entre Netflix y la cablera Comcast. Quedará para otra ocasión, ya que es imposible dejar pasar la controversia que se ha desatado por la vestimenta de Mark Zuckerberg.

Pero para mi gran sorpresa, el tema de hoy en los mercados tecnológicos ha sido la indumentaria de Mark Zuckerberg en su contacto con Wall Street. Algunos analistas financieros hablaron de una "muestra de inmadurez", pero recibieron una respuesta rápida y contundente de la prensa tecnológica, en donde los financieros y su cultura, recibieron una lluvia de sarcasmo. También el analista Harry Blodgett ( porrista extra oficial de Facebook) aportó una nota que es una sonora trompetilla a Wall Street y simplemente les advierte que se preparen, ya que Mark Zuckerberg no se va a prestar a su juego.

Del lado de la prensa financiera se respondió con una serie de video clips, tomados en varias presentaciones públicas de Mark Zuckerberg, en el que se hace una mofa, muy sutil, de su incomodidad bajo los reflectores. Comenté alguna vez que Mark Zuckerberg me transmite la misma emoción que un ostión viudo, y las evidencias grabadas me dan la razón. No hay que ser ingenuos, también hay un mensaje claro y fuerte entre líneas, para decir que Facebook se está moviendo en el ambiente financiero con la misma delicadeza que una cabra en una cristalería. Como nota relacionada, en la presentación en Nueva York, Zuckerberg se presentó con la indumentaria ya descrita, 30 minutos tarde y solo dejo 20 minutos para preguntas, después de pasarle a los inversionistas el mismo video promocional que ya he comentado con anterioridad.

En la presentación con los inversionistas en Boston, no estuvieron ni el video ni Mark Zuckerberg, quien de alguna forma decidió que había tenido suficiente y no apareció. En Nueva York hubo un almuerzo cortesía de Facebook, misma que no fue extendida a los inversionistas de Boston. En realidad es increíble el poco apego al protocolo de los mercados financieros que están teniendo los ejecutivos de Facebook, en especial si se recuerda que tienen un grupo de 31 bancos asesorándolos. Alguna vez en una clase de Finanzas Corporativas tuve la suerte de que se me ilustrara el proceso de colocación de una empresa en bolsa, y realmente el roadshow es un evento muy importante para obtener el mayor valor por la empresa. 

El video creado por Facebook para esta ocasión, me parece una extraordinaria fuente de información, para que los inversionistas formulen sus preguntas, y no puedo concebir una reunión con inversionistas que no esté creada para contestar con profundidad todas las preguntas, inclusive las reiterativas. Si la sesión tiene que durar 8 horas seguidas, que así sea, pero no debe quedar ninguna pregunta sin contestar. Es una cuestión básica de respeto, transparencia y transmisión de confianza y de dominio de la situación.

Algunas reflexiones:


  • En cierta forma es ridículo dedicar tantas palabras a la discusión sobre la vestimenta de un hombre de negocios cuando se reúne con otros hombres de negocios. A simple vista es un frivolidad, pero en este caso creo que solo estamos viendo la punta del iceberg.
  • En cierta forma me parece que la chaqueta con capucha solo es una válvula de escape para las crecientes tensiones que existe entre el mundo de los innovadores tecnológicos y los financieros. En todos los creadores de empresas en Silicon Valley existe un sentido profundo de misión para cambiar el mundo y aún entre los tiburones con los dientes más afilados está presente. Claro está que en su idealismo no ven conflicto en cambiar el mundo y aprovechar el viaje para convertirse en billonarios. Se valora el dinero, pero después de valorar la visión, la imaginación y la iniciativa. El riesgo es un componente muy apreciado en Silicon Valley en donde todavía  se respira un sentido contracultural de los años sesenta.
  • Por otro lado el mundo financiero, se mueve bajo parámetros creados a finales del siglo XIX, y a pesar de que los mercados financieros se han sofisticado con el tiempo,  sus valores han permanecido inmutables. Evidentemente se valoran las ganancias, y después se valora la disciplina, el templo y la administración de riesgos. El riesgo es poco apreciado, aunque se entiende como un componente indispensable en las utilidades.
  • El ubicuo Harry Blodgett escribe una excelente crónica sobre el choque cultural entre el mundo financiero y el mundo tecnológico. Siempre ha estado presente esta tensión, y simplemente ahora con Facebook sale a la superficie. Aumentada por el hecho de que se está buscando la mayor valuación inicial de un empresa, en toda la historia.
  • Hay una divertida crónica en la que se iguala la capucha de Mark Zuckerberg con un traje de superhéroe de cómic, y medio en broma y medio en serio se toma como un símbolo de la creatividad y el espíritu que requiere Facebook para ser exitoso (incluye más video clips de Mark en público, recomendada). Con un espíritu piadoso también piensan que utilizar la capucha es una broma perfectamente planeada, si es así, que extraño sentido del humor.
  • En toda esta discusión, no han faltado los despistado que comparan la capucha de Zuckerberg con los suéters de cuello de tortuga negros y los jeans de Steve Jobs. Y digo que son despistados, porque este atuendo lo empezó a utilizar Jobs hasta su segundo período al frente de Apple. De acuerdo a su biografía, tan pronto Jobs tuvo dinero , empezó a utilizar trajes a la medida realizados por el mejor sastre de San Francisco.
  • Aunque en estricto sentido el "capuchagate", solo es una distracción frívola  y menor, sí estoy de acuerdo que es un símbolo de una falta de madurez empresarial y personal. Una de las máximas de mi abuela es que hay que vestirse de acuerdo a las circunstancias y la costumbre es hacer una presentación ante inversionistas usando traje y corbata y se debió haber respetado.
  • De igual forma, el vestuario ideal para un "maratón de hackeo", como le gustan a Zuckerberg, es una camiseta de algodón y jeans. Un traje y una corbata estarían fuera de sitio.
  • Al final el signo más preocupante de este mini affaire, es que Zuckerberg ha mostrado signos de ignorar lo que está pasando en su entorno, y eso definitivamente no es algo menor. Entre la valuación de Facebook y su realidad financiera existe una gran brecha, que se sostiene por la fe de los mercados, me parece una pésima idea mandarles señales de poca confiabilidad.

Ahora pudiera ser que el astuto Mark Zuckerberg está jugando con todos y prefiere que se discuta sobre sus capuchas, para evitar preguntas molestas como pueden ser el crecimiento de Facebook en China y la forma en que va a aumentar los ingresos de forma acelerada.


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