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domingo, 29 de julio de 2012

La realidad en contra de los Zuckerlievers


Vacuus Finium se extiende a Twitter, para comentarios espontáneos durante el día, me pueden seguir en @vacuusfinium.

Por primera vez durante esta semana, Facebook reportó resultados financieros como empresa pública, y de forma sorpresiva fueron más débiles de lo que se esperaba. Facebook cumplió con las expectativas de Wall Street, pero en realidad mostró incertidumbre en sus principales líneas estratégicas, y eso se ha demostrado en el valor de la acción, que se encuentra en su nivel mínimo histórico con una pérdida del 40% de valor de oferta inicial. Una catástrofe y muchos desplumados y preguntas sobre si ya reventó la burbuja especulativa, en realidad fue hace mucho tiempo.
  • El aumento en gastos de capital continúa desbocado, para crear la gran infraestructura de cómputo que se necesita para soportar casi un billón de usuarios. No hay que olvidar que su responsable de las decisiones tecnológicas abandona Facebook en las siguientes semanas, por lo que su principal fuente de egresos queda sin un líder claro.
  • Aunque los usuarios de Facebook siguen aumentando, son 955 millones al último corte, la tasa de crecimiento ha disminuido. Una nota que todo mundo ignoró fue que al inicio de este año se esperaba que se cruzara la barrera del billón de usuarios en el mes de julio. Este termina en 3 días y ese hito no se produjo. En los principales mercados del mundo, Estados Unidos, Japón y Europa ya se encuentran en punto de saturación y por lo tanto el crecimiento vendrá de nuevos mercados. Que no cuenten con China y Rusia en el corto plazo.
  • Los usuarios de Facebook a través de plataformas móviles se está incrementando a tasas muy aceleradas, en correspondencia con la tendencia general del mercado. La mala noticia es que por medios móviles Facebook vende menos publicidad, al menos por el momento.
  • Derivado de esta situación se hizo el anuncio de que Facebook va a realizar inversiones adicionales para desarrollar sus capacidades en medios móviles. No se descarta por supuesto la adquisición de nuevas empresas. Conociendo la generosidad de Mark Zuckerberg, se puede entender que los inversionistas estén lívidos.
  • La única nota aparentemente positiva, es la alta demanda que están teniendo las “historias patrocinadas” como medio publicitario. Y aún aquí, Facebook advirtió que siguen estudiando los efectos de este elemento, para evitar deteriorar la experiencia de usuario.
  • En los días previos volvió a circular el rumor del desarrollo de un teléfono Facebook, en esta ocasión Mark Zuckerberg, quién tuvo una breve y muy ensayada participación, desechó la idea como absurda. Yo sabía que eventualmente algún día Mr. Zuckerberg y yo estaríamos de acuerdo en algo.
Algunas reflexiones:
  • Realmente el mito de Facebook ha sido poco resistente a la exposición pública. Hace un año era la gran empresa misteriosa creciendo a tasas asombrosas y con una capacidad de generar ingresos tendientes al infinito.
  • La realidad ha sido terca y decepcionante, Facebook sigue creciendo, a tasas menores y todavía no da una señal contundente de que sepa que convertir a sus millones de usuarios en ingresos crecientes y consistentes.
  • Las dudas sobre el Facebook móvil siguen presentes, aunque al menos ya lo reconocieron de forma pública. Mark Zuckerberg ya comentó que es su principal preocupación en este momento, aunque yo anotaría que no la única.
  • En realidad el mercado móvil está lejos de definirse y puede ocasionar una disrupción que cambie la relación de fuerzas. Más allá de las grandes cifras fuera de contexto, Facebook se ve frágil.
  • En este punto, sin embargo me sorprende que fuera de los círculo de los inversionistas serios, es muy difícil tener una conversación racional sobre Facebook. Por alguna razón, que no entiendo, hay millones de personas que piensan que es una gran empresa y que los mercados financieros, en una conspiración diabóligca como ellos acostumbran, han decidido castigar a Mark Zuckerberg por sus cuestionables decisiones de vestuario.
  • En días pasados asistí a una plática para egresados de una prestigiada escuela de negocios ubicada al sur de la Ciudad de México, que versaría sobre el uso de redes sociales en el mundo de los negocios.
  • El contenido de la plática me produjo una gran depresión, ya que el tema era como utilizar las redes sociales para atraer a los reclutadores de las empresas y conseguir un bonito empleo. Para resumir una charla verdaderamente patética la recomendación es ser políticamente correcto y no demostrar bajo ninguna circunstancia tener criterio, ni ideas propias, ni sangre roja en las venas. No sabía que los zombies atraían a los departamentos de recursos humanos, pero sorpresas tiene la vida.
  • Pero la mayor sorpresa me la lleve durante la plática después de que hice un comentario sarcástico sobre Facebook. La reacción de la audiencia fue visceral y poco racional. Durante 15 minutos escuché sobre lo lindo que es Facebook, lo adorable de compartir fotografías, lo emocionante que es encontrarse con otros zombies que habían dejando de ver desde secundaria y así por el estilo.
  • En ningún momento escuché las palabras estrategia, disrupción, ganancias, penetración de mercado, que es jerga que yo supondría común en una escuela de negocios. Simplemente era como estar en una asamblea del club de admiradores de Justin Bieber. La reacción que recibí al cuestionar a Facebook, es similar a la que habría en el Bieber Fan Club al decir que este es un personaje asexuado.
  • La gran pregunta es que decisión tomarían estos profesionales, suplicantes de recibir la llamada de un headhunter, si tuvieran que invertir en Facebook. Espero que no vayan a responder que les gusta mucho porque siguen en contacto con su abuela que vive en un bonito pueblo costero. Bueno no hay que perder la esperanza, probablemente el headhunter a su vez, sea empático.
  • En el mismo orden de ideas, durante esta semana estuve en un viaje por cuestiones profesionales en el norte de California. Estaba almorzando con un grupo, cuando revisando mi Twitter vi los mensajes sobre los malos resultados de Facebook. Una vez más hice un comentario sarcástico sobre esta empresa y recibí un regaño por aliarme a los pérfidos mercados financieros y contribuir a conspirar contra Facebook. ¿Yo aliado con Goldman Sachs y Morgan Stanley en contra de Mark Zuckerberg?, las cosas que hay que escuchar.
  • “Espera un año para que veas lo que es bueno”, me dijeron y mis preguntas para ampliar lo que debía ocurrir en ese tiempo, alrededor de los ingresos publicitarios, modelo móvil, gastos de capital no recibieron respuesta. Simplemente confirmé que soy parte de la conspiración en contra de Facebook. Por cierto la persona que me lo dijo, trabaja desarrollando modelos de negocios para operaciones físicas de las instalaciones de grandes empresas. No es analfabeta financiero.
  • Esto simplemente confirma que Facebook funciona entre algunos grupos como un encantador de serpientes o el flautista de Hamelin. Simplemente hay grandes grupos de personas, independientemente de su formación profesional y educativa, que extrapolan su relación personal con Facebook a las decisiones financieras. 
  • Justamente a este grupo es al que buscaban los operadores de la oferta pública inicial de Facebook, ya que esperaban a masas no informadas que iban a trasladar su fanatismo en compras de acciones a cualquier precio. El azar los salvó.
  • Las presiones de Facebook para incrementar sus ingresos en el corto plazo ya se sienten y aquí la trampa se pone interesante. Tal vez muy pocas personas se acuerden de la red social MySpace, en su momento cúspide fue adquirida por Rupert Murdoch, en un precio récord. Las presiones por incrementar ingresos disminuyeron la experiencia del usuario bajo una tonelada de anuncios. Sobra decir que MySpace es una nota de página en la historia.
La realidad y el tiempo se han encargado de poner en su lugar a Facebook. No estamos ante un gran avance tecnológico para comunicar personas, según las cuentas de Zuckerberg desde Gutenberg, estamos más bien ante una empresa en desarrollo, que pudiera tener potencial en el mediano plazo. Las dos grandes preguntas alrededor de Facebook son: ¿Cuánto durará la paciencia de los inversionistas? ¿Están dispuestos los Zuckerlievers a pagar por usar Facebook?

Postdata I Viñetas desde Silicon Valley

Estuve en Silicon Valley por cuestiones profesionales y hay algunas viñetas que quieron compartir:
  • Estuve en un centro comercial en Santa Clara, en dónde Microsoft abrió una tienda justo enfrente de un Apple Store. Verdaderamente debería darles vergüenza en Microsoft, copiaron de forma cínica el concepto de Apple. Sin embargo, de muy poco les sirvió: el martes por la tarde el Apple Store estaba en ebullición y prácticamente era imposible entrar, al tiempo que en la tienda de Microsoft los empleados estaban cruzados de brazos y un cliente estaba sentado en una sala de demostración de XBOX, tomando una apacible siesta en su mullido sillón. No es exageración.
  • Los devastadores efectos del los e-books en las librerías físicas son más que palpables: no existe una tienda Barnes and Noble en la ciudad de San Francisco y sus competidores Borders desaparecieron hace mucho tiempo. Queda un puñado de librerías independientes, pero se percibe que son especie en vías de extinción. Por primera vez en muchos años no compré libros en un viaje.
  • De forma similar, me parece que los días de la última tienda independiente de música grabada están contados. Estuve en Amoeba Music y realmente se percibía triste la tienda, con pocos nuevos lanzamientos. Al final, solo compre 22 discos compactos, cuando en ese mismo lugar he llegado a comprar 60 piezas en una sola excursión. Amazon está terminando con los comercios minoristas, de todas las dimensiones.
Finalmente es deprimente que la rutina, propia de un régimen totalitario, de inspección en los aeropuertos ha llegado para quedarse. Ciudadanos de todo el mundo estamos obligados a sufrir un rutina oligofrénica, ejercida por un grupo de pequeños fascistas, guardando silencio. La revisión en la salida del aeropuerto internacional de San Francisco me hizo sentir que estaba en una escena de Blade Runner o peor aún de 1984 al tiempo que George Orwell sonríe socarronamente. El futuro distópico ya está aquí

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