Hewlett-Packard (HP) presentó ayer los resultados correspondientes a el último trimestre de su año fiscal y los resultados no fueron buenos. Aunque las cifras superaron las expectativas pesimistas de Wall Street los resultados no son favorables. Hewlett-Packard tuvo ingresos de casi 33 billones de dólares en el último trimestre del año y ahí es donde terminan las buenas noticias. En el momento que se aplican los cargos financieros por la fallida aventura en el mercado de movilidad, el ingreso neto presenta una disminución del 91%, lo cual es una catástrofe con pocos precedentes. Para poner la situación en contexto, una gran corporación que emplea más de 300,000 personas trabajo 3 meses para pagar una mala decisión de uno de sus ejecutivos.

La nueva CEO Meg Whitman aprovechó el viaje para disminuir el pronóstico de ventas de HP para el actual trimestre, lo que unido a la poca claridad en la estrategia ha ocasionado que los mercados castiguen el precio de la acción de HP. Whitman comentó que para 2012 se debe esperar el regreso de HP al mercado de las Tablets con un producto con Microsoft Windows (hay gente que no aprende) y descartó nuevas y rimbombantes adquisiciones. 

Whitman mandó un mensaje de un período de reconstrucción y reinstrospección para HP, en la que va a recuperar sus niveles de inversión en investigación y desarrollo y se va a concentrar en desarrollar nuevos productos. Mientras tanto, Leo Apotheker está disfrutando el paisaje en la campiña francesa.

El día de ayer, Bill Gates realizó una comparecencia en un juicio en contra de Microsoft por daños por prácticas monopólicas y aunque parezca extraño, lo debe haber disfrutado, debe haber sentido nostalgia de aquellos años en que Microsoft moldeaba mercados y aplastaba competidores. Novell, dueño actual del procesador de textos Wordperfect, está demandando por daños a Microsoft alegando que fueron engañados por este, durante el desarrollo del este producto para Windows 95. De acuerdo a Novell, Microsoft retrasó el proceso de certificación de Wordperfect, para darle ventaja al producto equivalente de Microsoft (Word).  Wordperfect pasó de tener el 50% de participación en el mercado de procesadores de texto a solo tener el 10%.

Bill Gates se defendió, aprovechó para hablar del gran esfuerzo invertido en desarrollar Windows 95, culpó  a Wordperfect de haber creado un producto con defectos y en resumen Bill Gates se comportó como Bill Gates, nada que reportar aquí. Y aunque las demandas contra Microsoft están totalmente justificadas, en esos años eran despiadados, me parece que la demanda de Novell llega muy tarde (15 años después del hecho) y hasta el momento están teniendo problemas en convencer al juez en que tengan motivo de queja. No se que buscan, pero aunque ganaran el mercado es muy diferente ahora al mercado de los años cuando Windows 95 gobernaba el mundo.

El único consuelo que le va a quedar a Novell es ver como Google le aplica una medicina similar a Microsoft.

Muy interesante comentario de Chris O'brien en el San Jose Mercury News, en la que revisa el efecto que tiene Spotify en el ingreso de los artistas y ahora se entiende muy bien la razón por la cual hay muchas disqueras que están huyendo de este servicio.

Spotify en Estados Unidos tiene 10 millones de suscriptores, cifra formidable bajo cualquier óptica, sin embargo "únicamente" 2 millones han optado por los servicios de paga. Cada "stream"de una pieza musical genera un pago de 1/3 de centavo de dólar por concepto de regalías y derechos de autor. De esta forma un gran éxito, que en teoría tuviera un stream diario por los suscriptores de paga, produciría un total de 6,000 dólares de derechos de autor. Aunque esta cifra es respetable, simplemente hay que empezar a dividirla cuando para ajustarla a la realidad de no ser un gran éxito. Hay compositores que pudieran estar recibiendo menos de 100 dólares mensuales por su trabajo.

Esto me parece una demostración más que el modelo actual de música digital, tiende a limitar la variedad de la oferta musical. La lógica del mercado está funcionado bajo un esquema de "winner takes all", el cual favorece a intérpretes ya establecidos y limita a todos los demás. Con este modelo de negocio debemos esperar que cada vez haya una oferta musical más estandarizada, un mundo de Justin Bieber y Lady Gaga todo el tiempo y sin lugar para correr.