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martes, 22 de noviembre de 2011

Tecnologías Fallidas II: Gracias, pero no gracias

Continuando con el análisis de algunos de los productos identificados, como los mayores fracasos de los últimos 10 años.

Apple experimentó en la cabeza ajena de Motorola

Producto: Teléfono móvil con reproducción musical Motorola Rokr E1

Lo que debió ser: El teléfono que le permitiría a Motorola extender el éxito de sus teléfonos Razor, al unir este liderazgo tecnológico con la novedad de Apple iTunes. Dos años antes del lanzamiento del Iphone, el Rokr era el primer teléfono que iba a proporcionar una experiencia diferente a todo lo anterior. En la campaña publicitaria, participaron grandes estrellas de la música y realmente existió mucha expectación en el mercado.

Lo que pasó: El teléfono tenía serias limitaciones, en cuanto a su capacidad de almacenar diferentes canciones y la forma de disfrutarlo y su diseño es realmente feo. La conexión con Itunes no fue sencilla y casi al poco tiempo Apple lanzó el Ipod Nano con la capacidad de almacenar 1000 canciones, que estaba muy por encima del Rokr. El Rokr fue descontinuado, Motorola perdió el liderazgo en el mercado de teléfonos móviles, los directores separaron la parte de telefonía móvil como una compañía independiente, misma que fue adquirida por Google este año.

Análisis: Aunque la idea era buena y tenía un mercado esperando un producto similar, como lo demostraría el Iphone años más tarde, la ejecución fue sumamente complicada. De acuerdo a las crónicas de la época la integración entre los equipos de Apple y Motorola no fue suave, y cada grupo despreciaba las capacidades técnicas del otro y viendo en retrospectiva era una desconfianza natural. Los genios del hardware de comunicaciones despreciaban a los genios del software y cada parte fue muy cuidadosa de no apoyar a la otra más allá de guardar las apariencias. Apple aprendió la lección y decidió tener todo el conocimiento en casa, y el producto final, el Iphone, es exitoso bajo cualquier parámetro de medición. Si existía alguna duda al interior de Apple sobre la necesidad de controlar cada detalle y parte de sus productos, la fallida relación con Motorola disipó cualquier duda.

Apple también tiene algunos esqueletos en su clóset

Producto:  Computadora de escritorio Apple Power Mac Cube G4.

Lo que debió ser: La computadora que confirmara el regreso triunfal de Steve Jobs al frente de Apple y la validación de su visión sobre el cómputo. El Cube G4 era un especie de resumen del trabajo de Jobs hasta ese momento: diseño original y atractivo, capacidades de cómputo poderosas, la búsqueda de un salto cuantitativo en el cómputo personal. De alguna forma se puede hacer la ecuación Cube G4= Macintosh+Next+Mac ibook. Por cierto, de acuerdo a la filosofía de Jobs en ese tiempo, el precio reflejaba su alta calidad y estaba muy por encima de cualquier producto similar de la época.

Lo que pasó:Todo mundo admiró el Cube G4, pero en realidad a muy pocos les alcanzó para comprar una y fue retirada del mercado en unas cuantas semanas.

Análisis: El Cube G4 es el resultado de sumar la llamada "ceguera de cabaña" con simple y llana arrogancia. Después del éxito de iBook, Steve Jobs regresó a su costumbre de crear productos atractivos e innovadores, sin preocuparse del precio de venta. Nadie al interior de Apple se opuso a esta visión, que recibió una dura lección por parte del mercado. Sin embargo nadie les puede criticar su capacidad de aprendizaje: Aunque los precios de los productos de Apple, comandan un premium con respecto al resto del mercado, ese diferencial ha dejado de ser tan abrupto. También Apple aprendió la lección de fijar precios competitivos en sus mercados: hoy en día nadie puede fabricar algo similar a la Ipad y obtener una ganancia como lo hace Apple.

Segway y la innovación que nadie pidió

Producto: Transportadora personal de dos ruedas Segway

Lo que debió ser: Un sistema de transporte personal que eliminara el uso de automóvil en espacios urbanos, disminuyendo el consumo de combustibles fósiles. Para su presentación, algún "genio", pensó en una campaña de publicidad viral, mantenendo oculta la identidad del proyecto. Se empezó a divulgar tanto en prensa como en medios electrónicos, noticias y rumores sobre un invento revolucionario, que iba a transformar la historia. Amazon tenía la exclusividad para la distribución. Hay que reconocer que los promotores estaban bien conectados, ya que la historia tuvo amplios ecos y sí llegó a existir mucha expectación por conocer el producto.

Lo que pasó: Cuando finalmente el producto fue presentado nadie entendió porque se había armado tanta alharaca alrededor de un giroscopio gigantesco con ruedas. Todavía se entendió menos la razón por la cual el precio de venta era de cinco mil dólares, igual a un auto subcompacto. Consumidor que no entiende, consumidor que no compra y ese fue el destino de la Segway, además de ser la morcilla de los chistes durante muchos meses. Lejos de ser un éxito, encontró algún mercado, siempre muy menor al esperado, vendiéndose a policías municipales y se puede ver en la vigilancia de algunos centros comerciales. En el primer cuadro de la ciudad de México hay policías haciendo sus rondines en Segways. Solo los muy mal pensados tienen la idea que esto último es un caso de compra de tecnologías obsoletas, por funcionarios que cambian oro por cristales.

Análisis: Aunque el mecanismo de un Segway es un verdadero prodigio de mecánica, su manejo y cambio de dirección no requiere gran esfuerzo físico, en realidad corresponde a un producto que nadie pidió y nadie necesita, aun precio fuera de proporción. Se quiso abusar de los medios electrónicos y un experimento en publicidad viral para crear un mercado que no existía. La realidad le ha dado a la Segway su lugar: un producto de nicho con aplicaciones muy particulares.

En mi opinión, el desarrollo del Segway, ignoró además una corriente cultural y de comportamiento muy profunda en la civilización occidental: más de la mitad de sus habitantes se concibe en el asiento trasero de un automóvil. Un automóvil es más que un medio de transporte, es un medio de proyectar un anhelo y fantasía personal. Evidentemente los creadores de Segway, jamás leyeron la novela "Crash" de J.G. Ballard, de lo contrario hubieran pensado en crear un equivalente al asiento trasero.

Sin duda después de ver estos productos fallidos, se confirma lo fascinante de los mercados tecnológicos: son totalmente impredecibles y de ninguna manera el éxito de ayer, asegura el triunfo de mañana.

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