Termina la semana, y sin duda la noticia que acapara la atención es el recibimiento eufórico que ha tenido el nuevo Iphone por los consumidores. Un millón de unidades desplazadas el primer día son el mejor mensaje que pueden recibir los críticos que atacaron el teléfono después de su anuncio. Sin embargo la muy esperada función de reconocimiento de voz, Siri, es un éxito a medias, ya que funciona muy bien en Estados Unidos, pero está teniendo problemas con acentos de otras latitudes (Inglaterra, Australia). Hay que esperar un poco, para tener el juicio final.

También es noticia las actualizaciones de software que liberó Apple esta misma semana, prácticamente para todos sus dispositivos y que tiene a la cabeza la nueva versión de IOS, la 5.0. Y si bien es una actualización mayor, la función que llama la atención es la de servicios en "nube", iCloud. Ahora es posible tener datos y especialmente las compras de iTunes en un espacio de almacenamiento proporcionado por Apple y poder utilizarlos desde cualquier dispositivo (bueno con las limitaciones que tanto le gustan a Apple). Al hacer las actualizaciones inmediatamente se "sugiere" al usuario crear una cuenta de iCloud, antes de continuar. Al parecer el tema no ha sido fácil, y han trascendido problemas en los usuarios. En mi caso en particular, mi Ipad se regresó a su estado de fábrica y aunque de forma automática recuperé mucha de la configuración, se requirió un esfuerzo manual algo tedioso para dejar mi Ipad en el último estado antes de la actualización. Sin embargo hay que reconocer a Apple que, el AppStore me permitió recuperar todo sin mayores problemas.

Este tema de la "nube" no es menor y al parecer es el siguiente gran espacio competitivo entre los gigantes de la movilidad. Amazon Fire, está concebido para ser un dispositivo que depende la conexión a la nube de Amazon. De hecho parece que todo mundo debe tener una "nube"para no quedarse atrás y el mismo iCloud se ve como un movimiento defensivo de Apple.

También para no ser menos, Google está preparando el lanzamiento de su tienda musical, enteramente en la nube y ya publicitada como un "iTunes killer" ( se dice fácil, aunque tiene muchas aristas y que conste que NO soy cliente de iTunes).

Por otra parte, Facebook integra en su "nueva imagen", incorpora la "socialización" de la música y tiene una fuerte alianza con varios proveedores de streaming musical, siendo el principal Spotify.  Para Facebook  la comercialización de la música es uno de los pilares en la construcción de un modelo rentable. No hay que olvidar que entre sus incubadores, está Sean Parker uno de los fundadores de la pesadilla de las disqueras, Napster. Para los que no estén familiarizados, Spotify es un servicio que permite escuchar música libremente y tiene modelos gratuitos y modelos de paga. En este último el crecimiento ha sido constante, y el anuncio de la alianza con Facebook trajo 250,000 nuevos suscriptores en una semana. De cualquier manera Spotify está lejos de tener la masa crítica de suscriptores de paga (estimada en 30 millones, dicho sea de paso). Es tal la importancia de la comercialización musical para Facebook, que las tensiones entre sus grandes mentes, Mark Zuckerberg y el mencionado Sean Parker ha dado tema para la prensa amarilla, que menciona una pelea en público entre ambos personajes en la fiesta de anuncio de la alianza con Spotify.

Y para reforzar la importancia de la nube, hasta los mayores detractores de la distribución de contenidos de entretenimiento en forma digital la han tenido que adoptar. Los grandes estudios hollywoodenses anunciaron esta misma semana, su iniciativa "Ultraviolet", que permite a los compradores de películas en DVD o BluRay, utilizar el material comprado desde una nube provista por esta asociación de estudios. El movimiento es a medias, ya que todavía hay una dependencia del medio físico, pero es muy significativo que al menos conceptualmente han aceptado la "nube". De hecho los productores siguen siendo el mayor obstáculo para el crecimiento de este modelo, ya que el alcance de las licencias está muy lejos de ser global y hoy en día funciona y con limitaciones en Estados Unidos y algunos países europeos.

Y la pregunta obligada es, ¿son los modelos en nube la salvación de la industria musical? Hasta ahora, la industria musical es el mejor caso de estudio de la disrupción de un modelo de negocios por Internet. Sus ingresos han caído continuamente desde el año 2001 y los ingresos por descargas legales no han podido compensar el descenso continuo de las ventas de medios físicos.

Y la respuesta, lamentablemente para ellos es un rotundo y categórico NO, si lo que están esperando es regresar a los niveles de bonanza de los años 1999-2000, en el que prácticamente hacer discos compactos era equivalente a imprimir billetes. Su principal reto, es que hay generaciones de consumidores que no están convencidos que deban pagar por la música. Si bien hay un amplio espectro que cubre desde los pícaros más descarados, que hasta se ufanan de sus largas colecciones virtuales hasta los consumidores que racionalizan hacer una selección para después compensar al artista con la compra de un boleto para sus presentaciones en concierto, el denominador común es que hay una mentalidad común reacia a pagar por toda la música que se escucha. Y si bien servicios como el mencionado Spotify son un gran avance, el lento crecimiento en el número de suscriptores es muestra de los grandes obstáculos. Y en realidad sobran las fuentes para conseguir música digitalizada en Internet para los que no son quisquillosos con el copyright ajeno.

Y si bien los servicios de nube no son la salvación de la industria musical, si son un elemento esencial para las compañías que están buscando dominar Internet a través de sus ecosistemas. Aunque es una batalla que apenas inicia, es fácil prever un choque de colosos, por las capacidades financieras y tecnológicas de los involucrados: Google, Apple, Amazon y Facebook. Lo que se está buscando es crear el "enganche" o  "lock in" de los usuarios hacia su proveedor de contenidos. Y en realidad una vez que tiene uno algunos gigabytes de información con un proveedor, cuesta algo de trabajo pensar en cambiarse de proveedor. Y si bien los productores de contenido tienen cierta capacidad de inclinar la balanza en favor de algún competidor, en realidad son actores de reparto en este gran drama.