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jueves, 11 de agosto de 2011

Un bache en el camino para Spotify, un golpe a la variedad musical


Ya se había comentado del portal Spotify como una luz de esperanza para la industria musical en su camino de buscar la rentabilidad. Sin embargo hoy se publica una nota acerca del retiro de la música producida por los grupos de rock (muy) pesado que trabajan con el sello sueco Century Media. Así que los usuarios de Spotify aficionados a la música de grupos como Napalm Death o Sick of it All, tendrán que buscar su respectiva dosis en otro lado.

Y aunque se trata de un sello pequeño y esotérico que distribuye música orientada a un nicho muy específico y por lo tanto difícilmente va a producir una desbandada significativa de usuarios, el hecho es muy representativo de la desconfianza de la industria musical hacia el modelo de pago fijo de Spotify y manda señales ominosas sobre la variedad musical que puede existir en el futuro en esta plataforma.


  • Century Media comenta que el pago que recibe por parte de Spotify no compensa la caída en la venta sus discos en los mercados donde está disponible este portal. Y las matemáticas asociadas realmente son fáciles, ya que la música de los grupos que trabajan con este sello atraen muy pocos escuchas aunque estos son muy fanáticos. Entonces dentro del total de reproducciones musicales en un mes, estos grupos deben representar un porcentaje menor y el pago de regalías va en concordancia. La probabilidad de que un aficionado a esta música compre el disco si no tiene opción de escucharlo digitalmente es alta y por tanto el dinero que reciben el sello y el artista es mayor.
  • Este comportamiento debe ser similar entre tipos de música que se pueden considerar "marginales", tales como el free jazz, la música contemporánea y la música clásica. Por lo tanto es de esperar que eventualmente este tipo de música no sea parte del repertorio de Spotify y por lo tanto la oferta al usuario tenga menos variedad. Esta ausencia impide que algún usuario curioso pueda extender sus horizontes y más bien promueve que siga en su territorio de comfort musical.

¿Será acaso que un efecto lateral de la digitalización de la distribución de contenido musical nos condenará a  vivir rodeados de un repertorio limitado y repetitivo? ¿Se producirá  la paradoja que la aparente facilidad de difusión que trae Internet vaya asesinando lentamente la variedad de la oferta musical?




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