Comentaba sobre la investigación que realiza el Federal Trade Comission de los Estados Unidos a Google sobre su dominancia en el mercado de búsquedas en Internet y las implicaciones del sistema operativo Android.

Pues resulta que esta investigación es solo una arista de lo que se está convirtiendo en una muy compleja relación entre el gobierno norteamericano y la principal empresa de Internet.

Se anuncia la imposición de una multa de 500 millones de dólares a Google por haber permitido la publicidad de farmacias canadienses en Estados Unidos, ofertando medicamentos controlados en este último país. Cabe aclarar que es una de las multas más altas de la historia, aunque es un pelo al gato de los 40 billones de dólares en la caja de Google.

Más allá de lo anecdótico, este hecho me parece una muestra de la creciente hostilidad por parte del establishment norteamericano hacia las empresas de Internet. Aunque el fondo del caso me parece controversial y el grado de culpa me parece muy discutible, Google prefirió pactar que no se realizara un juicio a cambio del pago.

Amazon actualmente tiene un embrollo con el estado de California que lo quiere obligar a recaudar impuesto sobre las ventas por los embarques realizados el estado. Con este fin, se modificó la ley con total dedicatoria hacia Amazon, quien en respuesta eliminó la relación con sus asociados en California y está solicitando un refrendo de la ley.

Por su parte Google está incrementando de manera notable su gasto en cabilderos y realmente este capìtulo de la historia apenas está iniciando. Lo más seguro que estos "gigantes dormidos"van a ser más presentes en el área política.

En mi opinión parte de la molestia del establishment político obedece a que no entienden a las nuevas empresas ni su impacto económico. Otra parte obedece a que en tiempos de penurias económicas huelen un botín nuevo y no están dispuestos a dejarlo ir tan fácilmente.

Paradójicamente Amazon y Google no solo tienen que preocuparse de la hipercompetencia en sus mercados, sino tienen que cuidarse de sus políticos y su insaciable apetito por cobrar impuestos.

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