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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Si hablamos de innovación, ¿es suficiente la mano invisible del mercado?

Varias notas producidas en las últimas dos semanas que se relacionan con temas de innovación tecnológica y la guerra oculta que se está produciendo entre los diferentes países para dominar las disciplinas tecnológicas que van a ser preponderantes el primer tercio del siglo XXI. Uno de los aspectos notables de estos comentarios es que en varios casos se menciona una clara intervención gubernamental mientras que en otros se menciona a la innovación como una responsabilidad exclusiva de los particulares.

En primer lugar , se anuncia la creación de un consorcio auspiciado por el gobierno japonés, que fusiona las divisiones de pantallas LCD de las empresas Sony, Hitachi y Toshiba, con el fin de crear una empresa que esté en posibilidades de competir  en un mercado global, altamente competido y hoy dominado por las empresas de origen coreano. En este nuevo consorcio el gobierno japonés participa con un 70% y cada empresa mencionado con un 10%. Este nuevo consorcio tiene la capacidad de aglutinar los presupuestos de investigación y desarrollo y al mismo tiempo tener volúmenes de producción altamente competitivos. Las empresas que separan sus unidades de pantallas LCD, tienen la capacidad de concentrar sus esfuerzos en tareas más promisorias al tiempo que siguen presentes en el mercado de pantallas LCD con mayor fuerza en investigación. Sin duda es un gran negocio: obtienen beneficios en el orden de 9 a 1.

En contraste, el NY Times hace una revisión del estado que guarda el desarrollo de nuevas compañías y nuevas tecnologías en Silicon Valley, financiadas únicamente con fondos privados.  La nota hace hincapié en el estado dinámico de la economía en contraste con el estado recesivo del resto de Estados Unidos y transmite bien una atmósfera de entusiasmo y creatividad. Silicon Valley es un lugar único en el mundo, con una capacidad de reinvención e innovación que nadie ha podido copiar, y vaya que muchos lo han intentado. Silicon Valley lleva décadas en un círculo virtuoso, en el que se obtienen grandes beneficios económicos a partir de nuevas tecnologías, que a su vez se reinvierten en nuevas innovaciones que producirán grandes ganancias y así sucesivamente. Hoy en día Silicon Valley es la parte más dinámica de la mayor economía del mundo, no es poca cosa. Y como muestra basta un botón, el mayor símbolo de estatus entre los millonarios, multimillonarios y billonarios  que abundan en la región es presumir la variedad de su portafolio de inversión en  nuevas tecnologías y startups.

Las notas comentadas hasta este momento, tienen un gran elemento en común: la importancia que ponen las potencias económicas  en el desarrollo de nuevas tecnologías para mantener su estatus en el siglo venidero. Difiere sin embargo el método: el gobierno japonés asume el rol de indicar la dirección de la investigación y arriesga los impuestos de sus ciudadanos  en el desarrollo de nuevas tecnologías.  Por otra parte en Silicon Valley opera a plenitud la sabiduría de la mano invisible de los mercados. Y cada modelo propuesto tiene a sus defensores y rivales, inclusive en los Estados Unidos empieza a revivir la paranoia ochentera en contra de Japan Inc.

Un reportaje de fondo del mismo NY Times, demuestra que si  bien los norteamericanos pugnan por un laissez faire a ultranza, en el discurso, son bastante pragmáticos en los hechos y se describen los primeros resultados de un plan de rehabilitacin de Michigan mediante el fomento a la industria de las baterías de litio. Las baterías de litio son también una de las tecnologías fundamentales para el desarrollo de la industria automotriz verde que va a predominar en los siguientes 50 años y  el conocimiento de esta tecnología va a marcar la diferencia entre los países  relevantes y los países maquiladores. El programa ha empezado a producir algunos resultados, todavía nada para echar las campanas al vuelo, pero al menos ha cerrado la brecha tecnológica que tenía Estados Unidos con respecto a los países orientales, principalmente Corea. Los conservadores y “tea partiers” se rasgan las vestiduras al tiempo que gritan a los cuatro vientos que esa descarada intervención gubernamental es un desperdicio de impuestos de los ciudadanos y que se está arriesgando dinero constante y sonante que podría usarse en cuestiones más urgentes.

Y si bien en ese enunciado en particular hay buenas dosis de hipocresía y politiquería, en realidad si sacan a la luz un punto central: ¿quién asume el riesgo y de quién son las pérdidas? Este tema es central en especial cuando hay recortes a gastos gubernamentales  y la viabilidad misma del estado de bienestar está a discusión en los países del primer mundo.

Dos notas más confirman esta controversia y dejan ver que el camino no es fácil. Por un lado un compañía norteamericana de energía solar Solyndra, fondeada por el gobierno americano se declara en bancarrota y literalmente deja un hueco financiero para los contribuyentes de nada más 784 millones de dólares,  que son dinamita pura para los opositores y un dilema para los gobernantes

Por otro lado Google anuncia la cancelación de 10 proyectos de desarrollo, como parte de la revisión de su portafolio. Asombra la profundidad de ese portafolio y el hecho que los mercados ni gestos hicieron.

Algunas reflexiones:


  • La innovación tecnológica es un club exclusivo que requiere vastos recursos financieros, talento humano y mucha tolerancia ante la incertidumbre y además se está haciendo muy selectivo, ya que es muy difícil ser un nuevo "agremiado".
  • Aunque el modelo de financiamiento privado de Silicon Valley es sin duda el más exitoso, ha demostrado ser muy difícil de replicar. Hoy en día su capacidad y extensión siguen siendo únicos, aunque algunos lugares han conseguido algún éxito intentando seguir sus pasos (Israel, Oxford, Triangle Research en Carolina del Norte). Además el modelo privado puede ser menos reticente a tomar grandes riesgos o realizar investigación básica.
  • Por la razón anterior los gobiernos parecieran tener algunas ventajas para ser impulsores de la innovación en cooperación con el sector privado  y hay casos muy exitosos como pueden ser Japón y Corea, debiéndose hacer especial énfasis en este último ya que el éxito reciente de compañías como Samsung fue construido con mucha paciencia durante 20 años, y hay que reconocer que con muy buen tino, ya que se concentraron en algunas áreas que con el tiempo han demostrado ser estratégicas.
  • Los mismos norteamericanos, tan anti estatistas de dientes para fuera, son un ejemplo claro de la necesidad de ayuda gubernamental para el desarrollo de tecnologías disyuntivas e innovadoras. La agencia DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) para del ejército militar de Estados Unidos está considerado como el capitalista de riesgo más grande del mundo y entre sus múltiples éxitos podemos contar con Internet, que en sus primeras versiones se conocía como Darpanet y nació para facilitar la comunicación entre los equipos de investigadores que trabajaban en proyectos militares.


Se menciona mucho en la prensa que se está reorganizando el mundo geopolíticamente y de la forma en que se pasa de un mundo unipolar a un mundo de varias potencias, hoy se puede ver que algunas de las luchas silenciosas que librar estas potencias ocurren en los laboratorios.

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