Cuando se anunció el movimiento de precios de Netflix, comentaba que estábamos presenciando un gran experimento en línea sobre la importancia del precio como ventaja competitiva y la importancia de la base instalada. Un mes después la respuesta del consumidor es muy clara y no da mucho lugar a interpretaciones: el número total de suscriptores de Netflix descendió en un millón y en contra de los deseos de la compañía, el mayor descenso se dio entre los suscriptores al servicio de streaming. El número de suscriptores par el servicio de entrega de DVDs, permaneció sin cambio y muy pocos suscriptores optaron por la opción de producto físico y streaming. Para estos últimos el incremento en su suscripción es del 60%.  El precio está por encima de cualquier otro criterio por parte de los consumidores.

Súbitamente Netflix y su modelo de negocio se encuentran en duda, al momento de escribir estas líneas su acción ha perdido valor de capitalización de mercado de 6 billones de dólares (17% de su valor), inclusive hay analistas en Wall Street que critican el movimiento en precio y hablan de que les "puede tomar varios años, recuperar este millón de suscriptores".

Adicionalmente la disputa con los diferentes productores de contenido, continúan y se puede decir que Netflix está viviendo un momento de definición para su futuro. Tampoco hay que ignorar que tiene ya competidores como Walmart y Blockbuster está intentando un regreso de la tumba con la promesa de un servicio de streaming para fin de 2011. Y por si fuera poco el verdadero gigante, Google está buscando entrar en este mercado potenciando youtube y se encuentra buscando contenido con la chequera abierta.

Algunas reflexiones:

• Aunque se encuentra en un momento difícil, el modelo de negocio de Netflix es sólido y cuenta con fundamentos económicos para ser exitoso. Por un lado los productores de contenido  manejan la distribución de su material a través de diferentes contenidos a través del tiempo. Cada paso en la cadena de de medios de distribución implica un ingreso menor por "vista", hasta que con el tiempo la mayor parte de los acervos se convierten en contribuyentes marginales para sus productores. Netflix propone hacer un pago plano por distribución, pero con el diferencial que lo hace por mucho tiempo (potencialmente la eternidad).
• Va un ejemplo ( con precios de Estados Unidos por simplicidad): inicialmente una película se puede ver en cine, con un precio aproximado de 10 dólares por  cada vez que un consumidor lo vea. Después se mueve al circuito de pago por evento, donde el precio sigue siendo de 10 dólares, pero aumenta el número de consumidores que lo ven por ese precio. Después la película se lanza en disco físico y cuesta aproximadamente 25 dólares por un número infinito de vistas por un número grande de consumidores. Después las películas pasan por canales de cable y televisión abierta, donde los pagos son menores. El modelo de ingreso, pues de cada película produce mucho al principio y con el tiempo el ingreso producido tiende a cero. Netflix, simplemente aplana la curva y provee ingresos constantes durante mucho tiempo, estos ingresos terminan siendo superiores. El problema para los productores de contenido, es que están acostumbrados a los grandes picos en ingresos y el modelo Netflix, implica una desintermediación muy profunda (adiós a los minoristas de DVDs, a los canales de televisión restringida y un hasta luego para canales de televisión abierta). De aquí mi opinión que es cuestión de tiempo que el modelo de Netflix se imponga.
• Uno de los resultados del movimiento de Netflix que resulta sorprendente es el apego del consumidor al medio físico, ya que los consumidores optaron por mantener su suscripción para seguir recibiendo esos dos DVDs mensualmente en el correo. Todavía más sorprendente es esta percepción si se considera que el número total de ventas de DVDs disminuye, así como los minoristas que los venden. Y aquí lo que ocurre no es que el consumidor ame el DVD, sin embargo adora tener los estrenos más recientes a su disposición. Así es, hasta este momento la disponibilidad de películas recientes es completamente diferente entre los dos modelos de Netflix y actualmente el modelo de streaming se encuentra muy limitado. Aquí simplemente las restricciones de los productores de contenido están actuando en contra de Netflix.

Definitivamente la decisión de Netflix de hacer un considerable incremento de precios en la antesala de una nueva recesión y con las cifras de desempleo en los Estados Unidos rondando el diez por ciento, no fue en el mejor momento. El deseo de Netflix es gradualmente eliminar el servicio de distribución físico y quedarse únicamente con el streaming digital. El resultado hasta ahora es que va a necesitar tener una oferta más variada antes que el consumidor decida pagar ese precio. Y en resultados preliminares, aún en el mundo digital, el precio sigue siendo el rey.

CODA: Una pregunta para el diablo, ¿cuál va a ser el precio de Windows 8?

Después de la primera aparición pública del nuevo Sistema Operativo de Microsoft, la lluvia mediática no se ha hecho esperar, con un predominio de las notas ligeras y poco fundadas. Sin embargo aparece una nota en la que se examinan los factores de éxito para Windows 8 y entre ellos se menciona el precio. Hoy en día una actualización de Windows tiene un precio de 120 dólares para el consumidor promedio (paga mucho menos para un producto instalado en un equipo nuevo), la gran pregunta es el precio que tendrán las actualizaciones de Windows 8. ¿Mantendrá Microsoft un modelo en el que no cambia  su estructura de precis actual, aún a riesgo de tener una aceptación de producto más lenta? ¿Será que Microsoft copia una vez más a Apple y ofrece las actualizaciones de Windows 8 a 30 dólares? ¿Será el precio la daga en el corazón de Windows 8? Lástima que falta todavía un año para saber.